EDUARDO ZAMORA
Ironías oníricas
Del 17 febrero al 4 abril del 2023
La jaula, técnica mixta, 2011. © Eduardo Zamora
El Instituto Cultural de México en Francia tiene el honor de presentar la obra del maestro Eduardo Zamora, una inmersión en el corazón de la ironía, profundamente arraigada en el arte mexicano. Una obra que combina una inteligencia corrosiva con una estética refinada, que resulta misteriosamente conmovedora.
Curaduría: Ingrid Arriaga
Eduardo Zamora
(1942, Nuevo Laredo, Mexico)
Ingresó en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México y a los dieciséis años viajó a Europa, donde descubrió Madrid y la pintura española.
Inició su carrera en el Organismo de Promoción Internacional de la Cultura (OPIC), para quien realizó copias a tamaño natural de los frescos de Diego Rivera y José Clemente Orozco en la más pura tradición del muralismo.
Tras el vertiginoso movimiento estudiantil de 1968, Eduardo obtiene una beca en Polonia, para proseguir su formación artística en la Academia de Artes Gráficas de Cracovia, en donde conoció a Françoise Passot, quien se convirtió en su esposa y con quien se instaló en París desde 1973.
Zamora fue uno de los miembros fundadores del grupo Magie-Image en París. Activo de 1982 a 1992, este movimiento artístico de ocho artistas latinoamericanos mantuvo una intensa relación con el pintor chileno Roberto Matta y proponía nuevas tendencias plásticas que reflejaban la riqueza y complejidad de la identidad latinoamericana.
Actualmente el pintor mantiene su taller en Paris y continúa captando múltiples personajes en escenas que mezclan esperanza, desenfreno, ironía y humor.
"Pinto porque no sé escribir"
Eduardo Zamora
"Montado en la barca tempestuosa de Dante, Eduardo Zamora
evoca un país ausente. Un Edén tan deseado como maldecido, tan adorado como odiado.
Entre la miseria y la belleza. Entre el sueño y la pesadilla"
Anne Kerner, 1994
"Su delirio iconográfico se basa en una total libertad de
concepción y ejecución, sin ninguna construcción previa ni dogma,
sin ningún sesgo conceptual o artístico, sin ninguna intención de ningún tipo.
No reivindica ningún mensaje, no reivindica ninguna metáfora"
Christine Frérot, 2010
"Inventiva y poética, burlesca y tierna, [su obra ofrece]
una abundancia de detalles acumulados hasta el punto de la embriaguez visual
que se apodera de quien calza sus recuerdos"
Lydia Harambourg, 2009
"En este universo de absurdo natural, teñido de ternura y poesía
y quizá también un poco nostálgico, nada está fijo, todo está en perpetuo movimiento.
El México rural de su infancia vive una segunda vida,
de la que esta vez es consciente y cuyo carácter fantástico asume.
Los protagonistas de sus historias imposibles deambulan, observan, actúan, duermen o mueren.
Pero sólo están de paso, prefigurando otras historias"
Christine Frérot, 2010
"Lo que Zamora consigue al final es un rizoma delicado y burlón,
a través del cual encierra la realidad que acaba de iluminar. La operación, que toca lo incierto,
crea un absoluto de las formas. Un absoluto: un sistema sin obligaciones, límites, ni leyes.
Las cosas de la vida, deconstruidas de su banal invisibilidad, generan otra dimensión;
por fin se dejan ver en el fondo de la realidad (...)
Luego, en momentos de gracia lúdica, Zamora empuja al corazón de la partícula.
Reutiliza lo que ha conquistado del mundo incierto para crear otro.
De estos patrones revelados, de esta malla desvelada,
donde la delicadeza y la belleza forman matices inesperados e indetectables"
Edouard Glissant, 1987